Conductores malhumorados (o bebidos), tránsito caótico, inseguridad (robo, extorsión, secuestro), coches en malas condiciones (destartalados, inseguros, olorosos), sumado al inconveniente de no hablar el idioma del lugar son algunas de las trampas en las que podemos caer.
Forbes ha elaborado una lista de las peores ciudades para un viaje en taxi, entre las que encontramos muchas urbes asiáticas como Yacarta (Indonesia), Bombay (India) y Phnom Penh (Camboya), donde no hay servicio urbano de autobús por lo que los taxis y las moto-taxis son lo más popular. Los taxis son compartidos y no salen hasta que no estén completos, lo cual puede llegar a retrasarnos bastante. Además, los conductores tienen fama de ser muy amables e incluso hablar en inglés hasta que les dices que no.
También en Asia, hay que tener especial cuidado en Kuala Lumpur (Malasia), Bangkok (Tailandia) y Manila (Filipinas).
Pero no creáis que el peligro sólo está en países asiáticos. También en Lagos (Nigeria), Moscú (Rusia), y Atenas (Grecia) donde una amiga “cobró” un coscorrón en la cabeza por un malentendido con el conductor.
Nueva York (Estados Unidos) no se queda atrás. Un viaje en taxi puede ser caótico (siempre es preferible el metro), es caro, si no dejas la propina que consideran suficiente te llevas al menos un insulto, y aunque hables inglés no es fácil entenderse con los conductores, en su mayoría pakistaníes o hindúes.
El resto de América también tiene ciudades peligrosas para viajar en taxi. En México D.F. Los pintorescos Beetles blancos y verdes pueden ser una trampa para el robo Express, al igual que en San Pablo (Brasil). Aunque no aparece en la lista de Forbes, en Buenos Aires también pasaba mucho en una época. A partir de ahí se popularizó el servicio de radio-taxi, al que se llama previamente por teléfono, algo más seguro que el que nos levanta en la calle.
Aunque no aparezca en esta lista, sea cual sea la ciudad a la que viajemos siempre conviene estar bien informado sobre qué taxi tomar, qué recorrido seguir, la tarifa, la forma de pago y por las dudas, tener opciones de transporte alternativas.